¿Imagina el Corán que los cristianos "divinizaron" a Jesús?
Los judíos le dijeron una vez a Jesús ('Isa): "Te haces Dios" (Juan 10:33); pretendían creer que Jesús, el verdadero rey de los judíos, se hacía pasar por un rey pagano como Antíoco IV, por ejemplo, que gustaba de llamarse a sí mismo "Epifanes", es decir, la manifestación de Dios, o como Julio César, que -después de su muerte en el 44 a.C.- se llamaba "divino" (Imperator Iulius Caesar Divus). A su manera, el judío Filón de Alejandría respondió a este absurdo poco después del año 41 a.C. en su Legatio ad Caium: "Dios prefiere transformarse en hombre que un hombre en Dios", en referencia a la impactante escena que había visto en Roma, cuando el emperador Cayo Calígula se había exhibido disfrazado de Júpiter [1]. En conjunto, Filón alude a la esperanza judía de un Dios que va a visitar a su pueblo, y es evidente que ha escuchado lo que decían los seguidores de Jesús.
A la acusación de "hacerse Dios" (a la manera pagana), Jesús replica que está consagrado por el único Dios. Utiliza la palabra "consagrado-santificado", cuya raíz QDSh se refiere al santuario [2]. El santuario es el lugar de la oración, el lugar donde Dios manifiesta su presencia. Esta respuesta de Jesús, pronunciada en plena fiesta de la Dedicación, es muy significativa:
“Al que el Padre ha consagrado [raíz QDSh] y enviado al mundo,
dices, 'blasfemas'” (Juan 10, 36).
En otra ocasión, Jesús ('Isa) explica que es un juicio demasiado carnal el que impide creer en él:
“Juzgas carnalmente;
No juzgo a ningún hombre.
Y si, sin embargo, juzgo,
¡Mi juicio es verdadero!
Porque no estoy solo.
ero yo y mi Padre que me envió” (Juan 8, 15-16).
Todo esto significa que Jesús ('Isa) es Hijo 'Ibn', y que hay Vida en Dios. Además, "Alá" es una palabra plural, como saben los gramáticos árabes. Sin embargo, Él es Uno. Jesús es el mensajero (rasul) de Dios entre los hombres; en la tierra es la "imagen" del Padre y nos lo da a conocer. Si Dios está verdaderamente vivo, no se queda encerrado en sí mismo, quiere revelarse. No sólo quiere dar órdenes, sino que quiere comunicarse a sí mismo. Está escrito: “Nadie puede decir ‘Jesús es el Señor’ si no está con el Espíritu Santo” (1 Cor 12,3). Es el Espíritu Santo (el Aliento Santo) quien nos hace tocar algo de esta Vida que está en Dios.
[1]. FILÓN de Alejandría, Legación a Cayo, trans. Delaunay, París, Didier, 1870, p.310 (§ 118).
[2]. Esta raíz da lugar al "Qiddush" hebreo, la oración sobre el pan y el vino en Shabat, o la exclamación "Qadosh" "Santo, Santo, Santo" de los Serafines en el Templo (Is 6:3).