La primera sura del Corán (Al Fatiḥa), es una oración de alabanza, excepto en su último verso (que es una doble condena). Este es el texto según una buena traducción :
1. En el nombre de Dios-Alá, el Más Bondadoso, el Más Misericordioso.
2. Alabado sea Dios-Alá, Señor del universo.
3. El Misericordioso, el Misericordioso,
4. Maestro del Día del Juicio Final.
5. Es a Ti a quien adoramos, a Ti cuya ayuda imploramos.
6. Guíanos por el buen camino,
7. El camino de aquellos a quienes has favorecido con favores, no de los que han incurrido en tu ira, ni de los que se han extraviado.
Este versículo 7 no puede ser dicho por un cristiano porque se refiere a dos pasajes de la sura 5 en los que, por un lado, se dice que los judíos incurren en la ira de Dios y, por otro, que los cristianos están en el error [1]. Pregunta: el Dios que muestra misericordia (raḥmān) -es decir, que se conmueve y quiere el bien de la humanidad- es misericordioso en sí mismo (raḥīm). Si Dios es misericordioso en sí mismo, ¿puede serlo sólo en sus horas, sin negarse a sí mismo? ¿Serlo a veces para unos y ser lo contrario para otros? Afortunadamente, los estudiosos del Corán han señalado que el último verso fue añadido probablemente en la época de los comentaristas iraníes -por cierto, no eran personas que amaran a la Virgen María, Maryam la más pura. Podría haber dicho esta oración inicial (Fatiḥa) hasta el verso 6: "Guíanos por el buen camino".
Maryam sabe que Dios es verdaderamente misericordioso. Según el Evangelio, después de recibir la Anunciación, Maryam dijo (Lc 1,46-53):
46 Mi alma exalta al Señor,
47 y mi espíritu se alegra en Dios mi salvador […] su misericordia se extiende de edad en edad a los que le temen.
51 Hizo valer la fuerza de su brazo,
dispersó a los hombres con un hermoso corazón.
52 Derribó a los potentados de sus tronos
y levantó a los humildes,
53 Ha llenado de bienes a los hambrientos
y envió a los ricos con las manos vacías.